Estado térmico de la corteza de hielo de Europa

La superficie de Europa presenta una amplia variedad de terrenos y estructuras geológicas, incluyendo llanuras densamente fracturadas, cruzadas por numerosas crestas, artesas y bandas, y áreas de aspecto caótico donde las llanuras han sido literalmente rotas y donde es frecuente observar bloques aislados y desplazados, que recuerdan iceberg. Además, existen fuertes evidencias a favor de la existencia de un océano interno bajo la corteza de hielo, la más firme de las cuales es la aportada por el magnetómetro instalado a bordo de la sonda Galileo, que indica que debe existir una capa próxima a la superficie constituida por material conductor de la electricidad, casi con toda seguridad agua líquida salada.

El hecho de que la deformación del hielo depende, entre otros factores, de la temperatura, permite usar algunas de las estructuras geológicas observadas para hacer estimaciones del flujo térmico que Europa disipa hacia el espacio. Los valores así obtenidos varían de un lugar a otro, pero son claramente más elevados de lo que cabría esperar de la desintegración radioactiva en la fracción rocosa del satélite, evidenciando un importante papel para el calentamiento debido a las mareas. Otras consideraciones señalan a que una parte sustancial, quizá incluso la más importante, del calentamiento por mareas se produce en la propia corteza de hielo, lo que tiene profundas implicaciones para la comprensión de la naturaleza de Europa.

 

Fecha: 
02/12/2005 - 13:00
Conferenciante: 
Javier Ruiz
Filiación: 
Universidad Complutense de Madrid


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