Si el Señor Todopoderoso me hubiese consultado, antes de embarcarse en la Creación, le habría recomendado algo más simple. Esta frase, supuestamente formulada por Alfonso X "el Sabio", muestra la complejidad del conocimiento cosmográfico en al-Ándalus y en los reinos cristianos que recibieron su acervo científico. La península Ibérica se convirtió a partir del siglo X en puente esencial para que el saber de la civilización grecorromana, parcialmente perdido, penetrara en Europa. Pero las aportaciones en los diferentes momentos y potencias políticas, desde el Califato de Córdoba hasta las denominada Escuela de Traductores de Toledo en Castilla, pasando por los reinos pirenaicos o Portugal, fue esencial para actualizar la geografía y la astronomía. Este saber cosmográfico, notablemente enriquecido, alimentó a las nuevas universidades europeas y fue esencial para poner unas sólidas bases que terminarían conduciendo a la Revolución Científica de los siglos XVII y XVIII.